viernes, 19 de septiembre de 2008

:: Amor Propio (Capítulo I) ::



O como se dice en términos psicológicos, “autoestima”. El autoestima, como su propio nombre indica, se refiere al hecho de quererse a sí mismo. De igual manera que quieres a tu padre, a tu hermana, o a tu amigo, te debes querer a ti mismo.
Primero de todo, y antes de comenzar con el artículo, me gustaría aclarar que yo no soy psicólogo ni tengo conocimientos teóricos sobre esta materia. Todo lo que aquí escribo son reflexiones propias que pueden ser o NO ciertas. No tengo la verdad absoluta, ni tampoco lo pretendo. Solo quiero mostrar mi punto de vista, y sobretodo, lo que más me haría feliz es saber que alguien se va a sentir mejor leyendo esto. Dicho esto, continúo.

Puede que a muchas personas este concepto les suene un tanto egocéntrico o sumamente narcisista, pero lo cierto es que sin este concepto nuestro carácter, nuestra personalidad, lo que nos hace sentirnos como un “yo”, no existiría; o mejor dicho, parecería que no existe.
Me explico. Una persona puede ser muy inteligente, responsable, perseverante, solidaria… Pero si no cree que posee ninguna de estas características, éstas nunca se materializarán, y por lo tanto, a ojos de la propia persona, tales características no existirían.

Si una cosa he aprendido en los pocos años que llevo de vida, basándome en mi propia experiencia y en la de los demás, es que el amor propio (o autoestima) es un pilar básico de nuestra vida. Todos nuestros objetivos, todos nuestros logros, nuestras relaciones, nuestros deseos, nuestros miedos, están íntimamente relacionados con nuestro autoconcepto. Sin una buena autoestima, la persona está destinada al fracaso. En cambio, una persona con una alta autoestima, puede estar segura de que conseguirá todo lo que se proponga.
Dicho así parece que la autoestima sea una característica hereditaria y que cada persona posee por naturaleza, pero no es así en absoluto. El autoestima es un concepto que se va formando desde nuestro desarrollo cuando somos niños pequeños, hasta casi la etapa adulta. Interfieren muchas variables (educación, entorno familiar, entorno escolar, retos a superar, etc.), pero sobretodo existen dos elementos básicos sobre los que se construye el autoestima: el primero es el amor que recibimos de quienes nos rodean, y el segundo es la capacidad que tenemos para superar los retos que nos plantea la vida.
Si alguno de estos dos pilares falla, la autoestima se verá gravemente perjudicada. En cambio, si una persona ha recibido grandes influencias positivas por parte de estos dos pilares, puede estar segura de que tendrá un desarrollo normal y extremadamente positivo.

Para empezar, debemos detenernos en el hecho de ser educados en un entorno de amor. El amor, como todo el mundo sabe, mueve montañas. Es la fuerza más poderosa que existe sobre la faz de la Tierra. Por ello, un niño pequeño no solo se alimenta de agua y comida, sino también de amor.
El amor que su familia y las personas de su entorno más cercano le van dando va creando en él una capacidad de autosuperación muy positiva. El hecho de que otras personas nos amen (y esto es algo que hemos sentido todos en nuestras propias carnes) nos hace darnos cuenta de que somos valorados, y si somos valorados significa que poseemos determinadas cualidades que atraen a la gente y les incita a entablar relación con nosotros. Por lo tanto, el acto de recibir amor es un acto de valoración de la persona, y sobretodo es un acto que la hace sentirse querida y protegida, y eso también es de vital importancia.
El otro pilar importante que he citado anteriormente es la capacidad que tenemos los seres humanos para superar los retos que la vida nos plantea. Este pilar va unido al anterior, puesto que el desarrollo de una persona en un ambiente de amor le va a proporcionar los recursos básicos para enfrentarse a la vida.
Cabe destacar que si una persona ha crecido en un ambiente sin cariño, con falta de atención, con malos tratos, el primer pilar no podrá darse, lo que afectará al segundo, produciendo una mayor falta de autoestima.
Sin embargo, y aunque ambos pilares van unidos, la capacidad de superar los retos es algo que puede ir independiente al amor (esto es un poco arriesgado decirlo, pero es así). Existen personas que se han criado en ambientes no solo faltos de amor, sino en lugares en mitad de una sangrienta guerra, en los que se han enfrentado a la muerte y la enfermedad cada día, y donde el único objetivo que tiene el ser humano es sobrevivir. En estas circunstancias lo que menos importa a esas personas es dar el amor adecuado a sus hijos. Pero esto no significa que las personas vayan a quedar afectadas por una baja autoestima.
Cuando una persona se enfrenta a duros retos en la vida y logra superarlos, comienza a darse cuenta de que dentro de ella existe un potencial que antes no conocía. Un potencial que su familia no le mostró en el pasado. Y en el momento en el que se da cuenta de su existencia, su autoconcepto mejora, y con ello su autoestima.

En el capitulo segundo seguiré con más reflexiones, ya que hasta ahora he planteado el concepto del autoestima de forma teórica, para que todo el mundo se haga una idea de a lo que me refiero.

Os espero pronto! ;)

No hay comentarios: