jueves, 10 de febrero de 2011

:: El enfado, nuestro peor enemigo ::



Hoy quería hablar acerca de algo recurrente en la vida de mucha gente. Se trata de algo que convierte a las personas en monstruos y que las aleja de sus seres queridos.
Estoy hablando del enfado.

Pero, ¿qué es el enfado? ¿un sentimiento? ¿una acción? En mi opinión, el enfado es un “escudo agresivo” que utilizamos cuando tenemos que enfrentarnos a una situación que no sabemos cómo manejar.
El enfado comunmente se produce frente a dos tipos de situaciones: cuando no se cumple lo que deseamos y cuadno nos enfrentamos a algo que no nos agrada y no sabemos cómo reaccionar.
En ambos casos, el enfado procede de la frustración al encontrarnos frente a algo que no nos gusta. Esto ya nos da una pista de la naturaleza del enfado: procede de nuestro interior. Esto es, no está causado por circunstancias o agentes externos, sino que es una reacción que nosotros “elegimos” poner en práctica.

Hay gente que se enfada con relativa facilidad, y se justifican diciendo que “tienen carácter”.
No dudo que por motivos biológicos (genes) o por experiencias adversas a lo largo de su vida haya gente que tenga más dificultades para combatir el enfado y el mal genio, pero eso no significa que no puedan superarlo y reaccionar frente a las adversidades de manera distina.
También existe la creencia de que el enfado es una reacción espontánea y que, por lo tanto, no se puede frenar ni controlar. Pues bien, creo que esto tampoco es cierto del todo. Si prestamos atención a nuestro interior cuando nos enfadamos con alguien, comprobaremos que el enfado se produce en varias fases.
En la primera se da el desacuerdo: estamos hablando de un tema con alguien y tenemos posturas diferentes. En la segunda, nos empezamos a molestar porque la otra persona intenta convencernos de que su postura es la mejor (o eso nos parece) y nosotros hacemos lo mismo con ella. Finalmente, nuestro orgullo se siente herido al no poder “ganar la batalla” con la otra persona, y nos enfadamos.
Estas fases previas al enfado podemos encontrarlas en la mayría de situaciones en las que aparece un coflicto.
El punto esencial para evitar el enfado en estos casos se encuentra en no pasar de la primera fase. En el ejemplo anterior en el que manteníamos una conversación con alguien y nos enfadábamos al tratar de convencerle de nuestra postura, tenemos que tener en cuenta que cuando debatimos con alguien lo importante es saber escuchar y respetar la opinión de los demás, al mismo tiempo que debemos explicar lo que nosotros pensamos con tranquilidad.
No se trata de convencer al otro de que nuestra postura es mejor (porque además puede ser que no exista una postura mejor que la otra), tan sólo se trata de exponer nuestros argumentos y de aprender y pasarlo bien con la conversación, en la medida de lo posible.
Por lo tanto, forma de evitar el enfado --> frenarlo en la primera fase.

En otras ocasiones (más complicadas), tal vez nos encontremos frente a alguien cuyo único objetivo en ese momento es darñarnos o molestarnos y, por lo tanto, no podemos hablar tranquilamente con esa persona.
Si no existe la opción de pedirle que se tranquilice y que nos hable con respeto, bastará con que nos demos la vuelta y nos marchemos. Pero no debemos marcharnos refunfuñando entre dientes o reprimiendo nuestro enfado, sino simplemente pasando del tema.
Debemos ser conscientes de que no se puede hablar civilizadamente con personas así y, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es pasar.
Evitar o combatir el enfado no significa reprimirlo.
Si nos enfadamos con alguien y para evitar la pelea nos marchamos, pero seguimos dándole vueltas al tema en nuestra cabeza o acumulando rabia, no lo estamos combatiendo bien. Es un punto a nuestro favor que hayamos sido capaces de evitar un conflicto con esa persona (porque así hemos evitado el futuro sufrimiento de los dos), pero no nos hemos librado del enfado.
Llegados a este punto, ya es un poco tarde para evitar el enfado en la primera fase, así que nos centraremos en hacerlo desaparecer.
En primer lugar, debemos dejar de pensar en el tema. Si no lo hacemos, el enfado no solo persistirá, sino que aumentará.
Seguidamente podemos realizar cualquier actividad que normalmente nos distraiga y nos divierta (jugar al ordenador, escuchar música, salir a correr, etc.). Si eres una persona activa y estás acostumbrad@ a hacer actividades bastante dinámicas, quizá lo más aconsejable sea hacer deporte. Si, por el contrario, eres una persona más tranquila y relajada, posiblemente te ayude realizar alguna técnica de relajación (con música o sindos de la naturaleza, por ejemplo).
En cualquier caso, lo importante es “pasar página” y olvidarnos del tema. Cuando hayamos dejado a un lado los sentimientos de frustración y rabia, y nuestra mente se haya calmado, veremos las cosas de una forma más clara y reguramente nos daremos cuenta de que la solución del problema que tuvimos con la otra persona no era tan complicada.
Al final del proceso siempre deberemos reflexionar acerca de lo mal que nos hace sentir el enfado (y podría haber sido mucho peor de seguir con el conflicto) y de lo importante que es frenarlo en la primera fase. Así podremos tener esto en cuenta para futuros posibles enfados.

Como he dicho al principio, el enfado surge frente a situaciones que no sabemos manejar de forma “constructiva”.
Hay un proverbio árabe que dice algo así como: “Si un problema tiene solución, ¿de qué sirve preocuparse?... Y si no la tiene, ¿de qué sirve preocuparse?”
En el caso del enfado es parecido. Demos tener en cuenta que, nos enfademos o no, la situación desagradable no va a cambiar (o, en todo caso, a peor). ¿Entonces de qué sirve pasar un mal rato enfadándonos?
En mi opinión, creo que existen otras muchas formas constructivas y diferentes de enfrentarse a un conflicto:
- Opiniones contrarias --> respeto y evitar el intentar convencer al otro de que nuestra postura es la mejor.
- Insultos, ataques personales, agresividad verbal --> hacerle saber que no seguiremos con la conversación si no se relaja; sino es posible, directamente nos marchamos.
- Se nos estropea el ordenador --> son cosas que pasan normalmente con los objetos inanimados; lo llevamos a reparar y listo.

El enfado nos convierte en algo que no somos realmente. Nos empuja a decir y a hacer cosas que dañan a otros y de las que podemos estar arrepintiéndonos mucho tiempo.
Nos aleja de las personas a las que queremos y, en definitiva, nos aísla del mundo y nubla nuestra visión.
Frente al enfado, sabiduría.
Frente al conflicto, paz.
Todo lo importante en esta vida requiere ser trabajado día a día; nada se consigue espontáneamente. Por eso, empieza trabajando hoy para evitar enfadarte mañana :)

PD: Por último, me gustaría recomendaros un libro titulado Cómo superar nuestros problemas humanos, de Gueshe Kelsang Gyatso (edit. Tharpa). En él se trata el tema del enfado más profundamente desde la ideología budista, pero explicado de una manera muy clara y amena.
Este libro me ha ayudado a comprender la naturaleza del enfado y las formas de combatirlo, y por eso creo puede ayudar a otro mucha gente a comprender que el enfado puede ser superado.