domingo, 29 de noviembre de 2009

:: Héroes invisibles ::



Todos hemos estudiado en nuestra etapa estudiantil algunos de los personajes más relevantes de la Historia. Son conocidos por sus hazañas y por todos los cambios que iniciaron en la estructura social y en el avance científico, y que supusieron la continuación de la evolución de la Humanidad hacia un nivel mayor de madurez espiritual.
Sin duda su labor fue muy importante y merecen ser homenajeados.
Sin embargo, en esta sociedad actual, donde el valor que tiene un ser humano se mide por su capacidad intelectual (demostrada con la posesión de innumerables carreras universitarias, másteres y gran cantidad de títulos), no se toma en cuenta la labor de muchas otras personas.
Gracias a los grandes científicos y a los maestros de las letras y las Ciencias Sociales, la Humanidad evoluciona día a día, aumentando nuestra esperanza de vida y alcanzando un mayor conocimiento de la realidad. Podríamos decir que el desarrollo de la especie humana es posible gracias al trabajo de estos héroes eruditos.
Pero mi intención es hablar de otro tipo de héroes. Yo los llamo héroes invisibles.
Estas personas no aparecen en los libros de Historia. No encontrarás información acerca de ell@s en Google si tecleas su nombre. No se habla de su labor en los medios de comunicación. Y sin embargo están ahí.
Son personas como tú y como yo.
Desempeñan trabajos comunes. Van al cine, leen el periódico, cocinan y pasean al perro. No hay nada en su vida diaria que los delate.
Entonces, ¿por qué son héroes? ¿qué les hace tan especiales?
Estas personas son héroes y heroínas porque tiene unos valores y unas ideas basadas en el Amor y en el altruismo, que ponen en práctica en su vida siempre que pueden. Son personas dispuestas a sacrificar parte de su tiempo para ayudar a otros, actúan como maestros para otras personas, transmiten alegría al resto de la gente y les ayudan a mejorar sus vidas.
Todos hemos conocido a personas de este tipo. No son conocidas por las cosas heroicas que hacen, porque ese tipo de heroísmo no importa en nuestro mundo.
Todos los héroes invisibles que he conocido han resultado ser personas bastante sencillas. La mayoría no tenía estudios, tan sólo los básicos. No eran conscientes de realizar una labor especial, ni mucho menos heroica. Pero yo creo firmemente que sí lo hacían.
Un héroe invisible puede ser aquella persona que cuida con amor y dedicación a su madre enferma; o aquella otra que dedica su tiempo libre a llevar a cabo actividades altruistas que mejoran la vida de un grupo de personas; o aquella persona que trabaja pluriempleada para procurarles un futuro a sus hijos.
L@s héroes y heroínas invisibles se suelen caracterizar por ser personas generosas, altruistas, sensibles y, sobre todo, humildes. Esta última característica es uno de los rasgos que más destacan en su personalidad.
Estos héroes invisibles conviven con nosotros, y merecen todo nuestro respeto y agradecimiento.
Puede que nadie sepa de su labor, pero sin ell@s, muchas personas quedarían desamparadas y a merced de este barco llamado “Humanidad” que se dirige hacia la iluminación intelectual, olvidando por el camino lo que en esencia nos hace personas.
La búsqueda del conocimiento es un deseo intrínseco en nuestra naturaleza, pero debemos tener claras dos cosas: la primera es que si el conocimiento no se utiliza a favor de TODO el mundo, no sirve de nada, tan sólo nos conduce a la autodestrucción como personas; y la segunda es que la sabiduría no se puede alcanzar por un solo camino, puesto que existe más de uno, y todos deben ser tenidos en cuenta, ya que sólo de esta manera podremos obtener una visión global de la autopista que nos conduce hasta la verdad.

:: Muchos Caminos... un sólo Destino ::




A lo largo de la historia de la Humanidad, muchos han sido los Iluminados y muchas las doctrinas que han pretendido arrojar luz acerca de la naturaleza intrínseca del Ser Humano y del papel que juega en este mundo.
Personas como Jesús, Buda, Mahoma o Santa Teresa de Jesús han tenido muy claro cuál es el objetivo de la existencia y de qué manera debe actuar el Ser Humano para desarrollar todo su potencial y hacer de este mundo un lugar mejor.
Todas las religiones y filosofías espirituales más relevantes del mundo coinciden en una serie de puntos: 1) Dios es Amor; 2) Hay que amar a los demás tanto como a uno mismo, ayudándoles en todo lo posible, ya que el beneficio colectivo repercutirá en el beneficio individual; 3) Estamos en esta vida para amar y aprender; 4) La Humildad es una de las mayores virtudes.
Las religiones se convierten en caminos, en guías, en portavoces de lo Divino. Nos acercan las enseñanzas más profundas y necesarias del Universo a través de distintos maestros. Todas buscan una misma verdad.
Difieren en las formas y en los rituales, pero la esencia es la misma: servir como guía a la Humanidad en su desarrollo espiritual.
En estos tiempos en los que vivimos, donde se venera al escepticismo y a la duda permanente, la Humanidad necesita conectar con lo Sagrado más que nunca.
Miles de personas en todo el planeta se sienten vacías, incompletas.
Llenan su vida de logros profesionales, bienes materiales, reconocimiento social… y se al final se preguntan: ¿esto es todo?
¿Por qué no me llena lo que se supone que es la Felicidad? ¿Por qué no me llena todo este éxito, toda esta gloria personal?
Porque la vida carece de sentido si se llena de cosas sin importancia, y se olvida lo que de verdad tiene valor.
Está claro que en nuestro mundo desarrollado y civilizado es necesario un trabajo que nos de de comer, una casa donde vivir y dinero para subsistir. Pero la persona no se compone tan solo de estas cosas.
También necesita desarrollar y explotar su parte espiritual. Y es aquí donde cumplen su papel las religiones.
Existen numerosas religiones y filosofías espirituales, cada una con sus particularidades, por eso es trabajo de cada uno el encontrar aquella que vaya con nosotros, que nos llene y con la que identifiquemos nuestros valores.
Por supuesto, no es obligatorio seguir una doctrina a rajatabla o tener que “encasillarse” en una religión.
Sin embargo, los maestros espirituales más relevantes dicen que es importante seguir una doctrina porque ésta nos marca un camino por el que seguir y desarrollar nuestra parte espiritual. El que siempre busca un camino que seguir y no se compromete con ninguna filosofía, al final se encuentra permanentemente perdido y hace de la duda su sendero.
Dentro de una religión podemos encontrar aspectos que nos gusten más que otros o con los que estemos más o menos de acuerdo.
Pero esto es igual que cuando queremos mucho a una persona, sea amig@, pareja o familiar. Podemos estar muy unidos a esta persona, compartir buenos momentos juntos y aprender mucho mutuamente, pero todo el mundo tiene defectos. Hay momentos en los que nuestras posturas frente a algunos temas no encajan, y por eso dejamos de quererla. Aceptamos a esa persona tal y como es y nos damos cuenta de que todo lo bueno que nos aporta nos compensa 1000 veces.
Tampoco hay que confundir los valores y las normas que establece una religión, con muchos de los sacerdotes que pretenden “representar” a esa religión en sí.
Toda religión está basada en unas ideas acerca de la existencia que fueron dadas a conocer por los primeros maestros de la misma. Con el tiempo, han sido muchas las personas que han interpretado y reinterpretado estas ideas, llevándolas en ocasiones a extremos equivocados o utilizándolas para sus propios fines.
Por eso es importante saber diferenciar a los que se autodenominan “iluminados” de los auténticos maestros; distinguir los adornos, de lo esencial.
Son muchos los caminos que nos conducen a la Verdad, pero la Verdad es siempre la misma y es única para todos.

miércoles, 24 de junio de 2009

:: He aprendido... ::




He aprendido... que cuando estás enamorado, se nota...
He aprendido... Que una persona diciéndome, "Me has alegrado el día"... alegra mi día.
He aprendido... Que ser niño es más importante, que estar en lo correcto.
He aprendido... Que siempre puedo rezar por alguien, cuando no tengo otro modo de ayudarlo.
He aprendido... Que no importa lo serio que la vida requiera que seas, todos necesitamos un amigo con el que podamos reír a carcajadas.
He aprendido... Que algunas veces, todo lo que una persona necesita, es una mano que sostener y un corazón que entender.
He aprendido... Que la vida es como una espiral. Mientras más se acerca al final, mas rápido camina.
He aprendido... Que debemos estar felices porque Dios no nos da todo lo que pedimos.
He aprendido... Que el dinero no compra la clase.
He aprendido... Que esas pequeñas cosas que pasan diariamente, son las que hacen la vida espectacular.
He aprendido... Que debajo del duro escudo de las personas, hay alguien que quiere ser apreciado y amado.
He aprendido... Que ignorar lo hecho... no cambia los hechos.
He aprendido... Que es el amor, no el tiempo... el que cura todas las heridas.
He aprendido... Que cada persona a la que conoces, merece ser obsequiada con una sonrisa.
He aprendido... Que nadie es perfecto... hasta que te enamoras de alguien.
He aprendido... Que las oportunidades nunca se pierden; alguien utilizará aquella que tú dejaste pasar.
He aprendido... Que desearía haber podido decirle a mi madre cuanto la quiero una vez más, antes de perderla para siempre.
He aprendido... Que uno debe decir palabras suaves y tiernas, porque más adelante puedes tener que tragártelas.
He aprendido... Que una sonrisa, es la manera más barata, de lucir mucho mejor...
He aprendido... Que no puedo elegir como me siento, pero puedo elegir que hago con respecto a eso.
He aprendido... Que todos quieren estar en la cima de la montaña, pero que toda la felicidad y experiencias agradables, suceden mientras se escala hacia ella.

sábado, 21 de marzo de 2009

:: Historia de una vida ::

Como siempre, por "casualidad", han llegado a mí estos 2 videos en los que el creador de la factoría Pixar, Steve Jobs, nos habla acerca de su vida. Puede que a priori parezca absurdo o aburrido escuchar lo que él dijo en este discurso dedicado a unos jóvenes universitarios, pero os recomiendo que lo escuchéis, porque nos enseña varias lecciones que deberíamos aplicar cada día de nuestra vida.
Espero que os guste! :)


domingo, 15 de marzo de 2009

:: La naturaleza del ser humano ::



“Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mi me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico, pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos… Cuando los aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, que yo sepa ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza; todas fueron mensajes de amor. Si lo buscáis, tengo la extraña sensación de que descubriréis que el amor en realidad está en todas partes…”


Así comienza una de mis películas favoritas, ‘Love Actually’. La película no habla acerca de la naturaleza moral del hombre (que es el tema que voy a tratar hoy), pero en este pequeño fragmento aparece un argumento que, en mi opinión, arroja bastante luz sobre el tema.

En los días que vivimos, en los que pueblos enteros mantienen luchas encarnizadas, donde los cada vez más ricos se siguen aprovechando de los cada vez más probres, y el planeta Tierra agoniza entre nubes negras y tierras desérticas, es lógico pensar en lo extremadamente crueles y egoístas que podemos llegar a ser los seres humanos.
Si preguntas a una madre palestina que acaba de perder a su único hijo de 5 años que piensa de los seres humanos, seguramente te dirá que son criaturas despreciables que merecen ser aniquilados por completo. En cambio, si esta misma pregunta se la haces a una madre cuyo hijo de 5 año se ha curado de un cáncer a manos de un médico experto, seguramente te responderá que los seres humanos son criaturas bondadosas y con un gran sentido de la solidaridad.
Son dos respuestas muy distintas, pero muy ciertas a la vez.

Desde el principio de los tiempos, los seres humanos se han preguntado acerca de su naturaleza. ¿Somos buenos o malos? ¿Nacemos con una moral definida y luego nos corrompemos (o nos desarrollamos positivamente como personas, según cómo se mire)? ¿Existe un Dios allá arriba que coloque la bondad o la maldad en nuestros corazones antes de que comencemos a existir?
Ya hace un tiempo que este tema me interesa bastante, y ello me ha llevado a buscar información, a leer y a preguntar, para poder así saber qué piensa la gente y con qué argumentos defienden su postura. Con toda la información que he conseguido (más la que tenía ya de antes) he elabadora una teoría propia, que modificaré con el tiempo si procede y que no deja de ser una opinión más. A continuación expondré lo que pienso.
Primero de todo, me gustaría decir que aunque mi educación espiritual ha sido predominantemente cristiana, con los años se ha ido modificando, y si ahora mismo me tuviera que definir, me definiría simplemente como “espiritual”.
Debido a esta “educación espiritual” creo en Dios y en otras cosas que influyen a la hora de interpretar la realidad que me rodea y a la hora de intentar entender el mundo.
Yo pienso que el ser humano es una criatura “neutral” (no encuentro otra palabra más válida para decir lo que quiero expresar). No creo que exista una bondad o una maldad innata.
Las personas religiosas seguramente pensarán que al provenir de Dios, las personas nacemos con el corazón rebosante de bondad, y que son nuestros actos a lo largo de la vida los que nos “corrompen” y nos guían hacia la maldad. Pensarán que aunque Dios nos ha otorgado el libre albedrío, la bondad siempre predominará en nuestros corazones.
Por el contrario, otras muchas personas que han vivido durante mucho tiempo situaciones de miseria, muerte y destrucción, no verán esa bondad innata en ningún sitio y tenderán a pensar que el hombre (y la mujer) son animales con una inteligencia desarrollada que no conocen palabras como “moral” o “amor”.
Por eso, a pesar de la educación que he recibido, no puedo dejar de preguntarme: si procedemos de Dios, ¿cómo es posible que podamos llegar a ser tan extremadamente crueles y malvados? Y la respuesta que he “encontrado” es: porque Dios nos dio un don tan importante como el de la Bondad o el Amor, y es la LIBERTAD.
La Libertad para elegir cómo vivir y qué opción escoger. La Libertad que nos diferencia de los animales y que nos permite actuar como las criaturas más bondadosas del mundo o las más despiadadas.
No creo que alguien sea bueno o malo por naturaleza. Creo que cada uno podemos escoger hacer el “Bien” o el “Mal” en cada momento, en cada alternativa que se nos presenta en la vida. Podemos elegir ayudar a los demás y hacerles la vida más fácil, o por el contrario, dañarles y aplastarlos.
Creo que la educación que recibimos desde pequeños, las distintas experiencias por las que pasamos a lo largo de nuestra vida y la influencia de todas las personas a las que queremos son factores determinantes a la hora de que una persona elija un camino u otro. Aunque también pienso, que en última instancia, la responsabilidad y el valor de elegir hacer el Bien o el Mal es personal, y está relacionado totalmente con nuestro libre albedrío.

Creo que toda persona “buena” puede caer en las garras del mal si aparece una opción lo suficientemente tentadora y las condiciones para ello son “favorables”. Lo único que puede luchar contra esto es el hecho de tener unos valores morales bien arraigados y en los que creamos profundamente.
También pienso que una persona “mala” guarda en su corazón un pequeño puntito de luz que puede aumentar e inundarlo todo con un revés del destino (y con su propia voluntad de cambiar, claro está).

Para terminar, me gustaría preguntar a aquellos que piensan que el ser humano es bueno por naturaleza... ¿Por qué el mundo tolera que millones de personas mueran de hambre cada año? ¿Por qué sigue existiendo la explotación infantil? ¿Por qué nuestro planeta muere cada día un poco más?
Y a todos aquellos que piensan que el ser humano a tocado fondo y que ya no hay un solo rayo de luz en su alma, les diría lo que dice el narrador al comienzo de la película que he citado antes: si somos todos tan malos, ¿por qué nuestras últimas palabras antes de morir siempre serían “TE QUIERO”?

lunes, 26 de enero de 2009

:: La niña que silenció al mundo ::

El 3 de junio de 1992 una niña de 12 años llamada Severn Suzuki (fundadora a los 10 años de Environmental Childrens Organization, con un grupo de amigos en Vancouver) se desplazó, junto a un grupo de niños (Vanessa Suttie, Morgan Geisler y Michelle Quigg) desde Canadá hasta la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo "The Earth Summit" celebrada por la ONU en Río de Janeiro. Una vez allí dio este discurso: