lunes, 24 de noviembre de 2008

:: Ayúdanos... (Capítulo II) ::


Dios nos ha ofrecido un mundo para que lo disfrutemos. Lo ha llenado de alimentos para que podamos comer y nos ha otorgado mentes brillantes para solucionar los conflictos de manera pacífica o para crear medicamentos que luchen contra las enfermedades.
Dios nos ha dado la vida para que la disfrutemos al máximo, para que nos amemos, para que nos ayudemos mutuamente.
Y pese a esto, muchos siguen pensando que Dios no está en las situaciones de desgracia... ¿de verdad no está? ¿Y qué me dices de los profesionales (médicos, psicólogos, trabajadores sociales, etc.) que abandonan una vida acomodada y un suculento salario, que abandonan a su familia y amigos, en resumidas cuentas, que abandonan su vida para irse como voluntarios a los países más pobres del mundo o a zonas en guerra? ¿Y qué pasa con aquellas personas que dedican parte de su tiempo libre a luchar por los derechos de los demás o a trabajar como voluntarios en asociaciones? ¿Acaso no actúa Dios a través de ellos? ¿Acaso no ESTÁ Dios en ellos?
Dios nunca nos ha dejado de lado, a pesar de que muchos sí que lo han dejado de lado a Él...

Como digo, Dios nos da los recursos para solucionar los problemas que nosotros mismos hemos creado. ¿Pero y qué pasa con las catástrofes naturales? ¿Acaso nosotros tenemos la culpa de eso? Es cierta medida, así es. El conocido cambio climático está causando estragos en algunas zonas del planeta con enormes inundaciones y desvastadores huracanes.
Pero antes del proceso de industrialización, que es el causante de estos cambios repentinos en el clima, también había catástrofes naturales... ¿Qué pasa entonces con eso?
Hace unos años hubo una terrible inundación en Alemania (uno de los países más ricos del mundo). Esa misma inundación, de haberse producido en un país del tercer mundo hubiese acabado con cultivos, pueblos enteros e incluso con cientos de vidas humanas. Sin embargo, las únicas pérdidas fueron unos cuantos terrenos inundados. Ni una sola vida humana fue arrebatada.
Este ejemplo nos ayuda a comprender de qué forma afrontamos los seres humanos las catástrofes. Tenemos medios para prevenirlas, evitarlas y protegernos. El problema es que hemos puesto estos medios en unas pocas manos y hemos dejado al resto del mundo desprotegido.
En este caso, seguimos teniendo la posibilidad y la responsabilidad de vencer a los males que nos afectan.

En otros casos, cuando, por las razones que sea, la catástrofe se ha producido y ha dejado sumido en la miseria a un país entero, tenemos los recursos sufcientes para ayudar a que salga de su situación y se reponga.

No olvides que Dios se encuentra en los corazones de las personas, y que nos otorga un potencial ilimitado para que podamos vivir nuestras vidas de la mejor forma posible :D

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