miércoles, 8 de febrero de 2012

:: Consejos de un maestro zen ::



Zengetsu, un maestro chino de la dinastía T’ang, redactó las siguientes exhortaciones para sus discípulos:

"Vivir en el mundo sin apegarse al polvo del mundo: ese es el camino de todo verdadero estudiante de zen.
Cuando presencies las buenas acciones del otro, anímate a seguir su ejemplo. Cuanto te hablan de su mala conducta, prométete no emularlo.
Aunque estando solo en una habitación oscura, compórtate como si estuvieras ante un noble huésped. Exterioriza tus sentimientos, pero no seas más expresivo que tu propia naturaleza.
La pobreza es un tesoro. No la cambies nunca por una vida fácil.
Una persona puede parecer un loco y sin embargo no serlo. Tal vez solo esté guardando su sabiduría con esmero.
Toda virtud es fruto de la autodisciplina. No cae sin más del cielo como la lluvia o la nieve.
La modestia es la basa de todas las virtudes. Deja que tus vecinos te conozcan antes de darte a conocer tú a ellos.
Un noble corazón jamás se fuerza a sí mismo. Sus palabras son como raras gemas, pocas veces son exhibidas y de un valor inestimable.
Para un estudiante sincero, cualquier día es un día de suerte. El tiempo pasa, pero él nunca queda rezagado. Ni la gloria ni la vergüenza lo inmutan.
Censúrate a ti mismo, nunca a los demás. No discutas lo que es correcto o lo que está equivocado.
Algunas cosas, aunque verdaderas, se tuvieron como falsas durante generaciones enteras. Puesto que el valor de la honradez se reconocer con el paso de los siglos, no hay por qué anhelar una estima inmediata.
Vive con causa y deja los resultados a la gran ley del universo. Pasa los días en tranquila contemplación."



Carne de zen. Huesos de zen. Antología de historias antiguas del budismo zen.

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